Fomentamos una formación espiritual sólida, mediante la cual nuestros alumnos sienten la alegría de conocer a Jesús y a María.
Este conocimiento y cercanía con Dios les ayuda a darse cuenta de aquello que es realmente importante en la vida, se hacen conscientes de la realidad del mundo actual y desarrollan un sentido de trascendencia en la ayuda a los demás. Contamos con el apoyo de sacerdotes, consagrados y consagradas para guiar y contribuir en la formación espiritual y en valores de cada uno de nuestros alumnos y sus familias.
Los conocimientos y habilidades valen poco si no están sustentados por el descubrimiento de los valores y la educación en las virtudes. Por eso, en nuestro colegio se llevan a cabo actividades que ayudan a los niños a conocer, valorar, vivir y comunicar las virtudes de una manera habitual, firme y comprometida, según su edad y nivel de desarrollo. Buscamos motivarlos con ejemplos de acciones para que vivan las virtudes de manera constante dentro y fuera del colegio, haciéndolas parte de su vida.
Nuestro sistema ofrece actividades de ayuda a los demás de acuerdo con las diferentes edades; con ello buscamos complementar su formación humana-espiritual.
Buscamos sensibilizar a los alumnos en la importancia de ayudar a quienes lo necesitan.
Los alumnos se forman en el respeto, la caridad, la igualdad, la generosidad, la nobleza, la humildad y la justicia, con el fin de promover la verdadera felicidad que nace del amor y la ayuda al prójimo.